Agur e Iker, David y Patricia, Olatz e Itziar, Esti y Edu, Arantxa y Beñat, Yusenka y Luis, Irene y Gari, Maite y Guille, Beñar y Oihane, Artefakto, Oteiza, Txikimusika, Luis Mariano y un largo etc. Cada una de estas historias nos ha tocado el corazón.
¿Cómo es posible?: cada vez que pasamos por Artefakto en Irun, sentimos que una hojita de lechuga lleva nuestro nombre. Cuando vimos la emoción de Luis al ver el vídeo sorpresa que Yusenka le había preparado el día de su boda, se nos puso un nudo en la garganta.
Al encontrarnos con Patricia a punto de dar a luz a su tercera hija, sentimos la emoción del que fue nuestro primer vídeo con personas que confiaron en nosotros ciegamente.
Al conocer la ternura de Arantxa y Beñat y su pequeña Intza supimos que habíamos sumado grandes personas a nuestras vidas.
Cada vez que Ezmugak saca el arte a las calles de Irun, Hondarribia y Hendaya estamos deseando que nos suene el teléfono para formar parte.
Y así con cada historia en las que hemos participado.
Comenzamos esta andadura dispuestos a ofrecer toda nuestra experiencia y profesionalidad. Y así ha sido, pero lo curioso ha sido comprobar como nuestra mochila se ha ido llenando con cada experiencia, aventura e historia que hemos ido contando. Todas han tenido un componente común: la ilusión.
Resulta que es áltamente contagiosa y se multiplica con gran facilidad (como los Gremlins cuando los mojas). Hay quien puede pensar que este es un trabajo más, pero no, no lo es, y lo decimos con la boca bien grande, es una manera de aprender y disfrutar de la vida mientras trabajas.
El caso de las bodas es el más claro para explicarlo.
No importa cuantas bodas tengas en un año, cada una debe entenderse como el gran acontecimiento que es, vivirla como única e involucrarse como si de un familiar o gran amigo se tratase, porque para quienes dan este paso, tu formas parte de los cientos de detalles inmensamente importantes que han elegido para un día tan especial. De todas las personas que pueden hacer tu trabajo, mejor, peor, diferente... ellos han querido que tu seas uno más, que estés prácticamente todo el día con ellos recogiendo cada momento, cada mirada, cada emoción, para que después puedan recordarlo el resto de sus vidas... para muchos será un trabajo más, para nosotros, son los mejores momentos de personas con nombre y apellido, con familias, historias, pasados y futuros.
Cada vez que vemos la ilusión en sus rostros, la nuestra aumenta exponencialmente y como no, se nos ponen los pelos de punta... cada vez es un privilegio.
Por eso gracias, a quienes habéis estado y a quienes vais a venir, gracias por hacernos tener la ilusión de no perder la ilusión.